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Mi vida pasa más rápido que la lanzadera de un telar.
    Llega a su fin sin esperanzas.

»Recuerda, Dios, que mi vida es un suspiro,
    no volveré a ver el bien.
El ojo que me observa ya no me volverá a ver.
    Fijarás en mí tus ojos, pero yo ya no estaré.

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